De nada sirve...

No encontré mi amparo
de roedor cansado,
y mis instintos caros
en silencio amados.
Casi sin sombra
la vida me urge,
sentimientos que asombran
la sociedad que se hunde.

A cada instante
En cada momento
una mueca repugnante,
el influjo lento,
y las personas copiadas
los cielos se ignoran,
la vida pincelada,
aquello salvaje que adoran.

La estrella que nos cuenta
se hace masiva con creces,
su vida no me contenta
yo me cuido de mis intereses.
Y el ideal sentimental
sólo ecos sin retorno,
nuestro oasis arenal
el burdo arte del adorno.

Las personalidades de ternera
sortean leyes de respeto
sus hazañas siempre primeras
el comentario más deshonesto.
La comunidad tecnológica
el intento más cuestionado,
las sociedades barbáricas
el elemento más aceptado.