Sinceramente tuyo

Hoy me vuelvo a encontrar con la vida y conversamos largo rato de aquellos sucesos que me mortificaban. Me planteo tomarme unas vacaciones y cuando estaba pensando el destino, ella lo sugirió sonriendo, quería que nos vayamos juntos.
Ahora estoy dejando mis miedos guardados en un cajón, porque no pienso llevármelos. Los guardo pero no los olvido, los vendré a buscar algún día, ellos esperan ansiosos, me miran sorprendidos, pero saben que voy a volver, me conocen.
Pronto me acerco al pasto verde, me revuelco, respiro el aire fresco, admiro a la naturaleza, me dejo llevar por el viento y acaricio las aromas.
Una llamada, vuelvo a mi burbuja de metal, pero ya no se que hacer en ella, me aburre, me entristece, me hace mal. Afuera es todo tan hermoso, aunque lo sepa algo me perturba, todavía sigo extrañando lo que hay aquí dentro. Tengo la esperanza de redecorar mi burbuja, porque aquí está mi entorno, no puedo dejarlo, es lo que he construido a lo largo de mi vida, lo mío, pero también ansío pertenecer a ambos lados, he aquí el ying yang de mi existencialismo cotidiano.
Lo que hay afuera me emociona, es algo tan indescriptible, quiero llenarme de todo esto, quizás mi burbuja no sería tan aburrida si poseyera alguna de las cosas que encuentro aquí, ahora, pero siento que no es el momento.
La noción del tiempo me produce una sensación extraña. Me llena de curiosidad, me advierte la inmensidad, pero me susurra al oído que todavía tengo mucho más tiempo para todo esto, me pide que vuelva a mi burbuja, que lo intente. Cuando empiezo a vislumbrar que es aquella la causal de mis problemas, me doy cuenta que tengo que guardar, entre mis miedos, al tiempo y sus martirios.
Abro el cajón, me intento deshacer de el, hago un paréntesis entre mi presente y mi pasado, me quedo solo con mi futuro, pero el cajón me queda chico, y debo trabajar para comprar un cajón más grande.
Ahora ya estoy libre de tormentos, afuera me espera la vida con una maleta grande de hermosos recuerdos. Calculo que sabe lo que me gusta, la beso y me mira fijo, pruebo el licor de su retina, le digo que está hermosa y ella se ruboriza, me toma de las manos y me pierdo en su vientre.