Mí Amuleto

Te sentí cerca una infinidad de veces
Como quien espera a un ángel alado
Dispuesto estuve a compartirte mis estupideces
Y vos me acompañaste con una sonrisa de agrado.

Que te hace tan única mi vida
Que ya no puedo olvidar recordarte
Pues tu sola presencia convida
A que me embriague de ti hasta adorarte.

Ya reconocí estar bajo tus encantos
Quizás algo en mí te inspire desconfianza
Me vuelve loco abordar este momento
Esto de esperarte agota mis esperanzas.

Hoy te siento tan indiferente
Respondo pasivo a tus instrucciones
Tu cara muestra ese gesto nuevamente
Quizás no sea buen momento para emociones.

Ahora siento muchísimas ganas de abrazarte
Mirarte a los ojos para que tú decidas
Estaré aquí cerca por si quieres quedarte
Estaré allá lejos si tú me olvidas.

Mi tierna doncella negra

Despertó y observó su entorno, nada importaba, nada recordaba, y empezó a planificar su día con actividades que jamás hará.
Su locomotora iba tan veloz que generaba extremas distracciones, la inquieta soledad la encarcelaba sin permitirle salir, dejábanla exhausta y le quitaban las ganas de hacerse la America, al instante descansaba y reflexionaba sobre algún futuro, o pasado, acontecimiento y cada vez dormía menos horas.
Quien entendería su poesía sino comprendían su entorno, la magia de sus puños oculta en sus lágrimas, el silencio era su tesoro, y sus creencias se desmoronaban a tono con sus músculos.
El flujo dejó sus salpicones en la alfombra y se acordó que estaba viva, que era joven. No consiguió fuerzas para levantarse, pero la habitación era tan grande que, si algún día llegaban a visitarla, demorarían en encontrar la mancha.
Y ya no podía salir, no hallaba el estimulo necesario, y se dejaba llevar nuevamente por esos paisajes imaginarios. A menudo odiaba abrir los ojos, ver su entorno tan sucio y gris, las ventanas tapiadas, el espejo roto que, sin saberlo, reflejaba su desgraciada imagen, su extraordinaria psicología del fracaso.
Pero cierta mañana se levantó con fuerzas y se sentó a la maquina, compuso quizás las más alegres oraciones en días, pocas pero significativas, giró a la cocina, se sirvió un plato de lechuga, bebió agua como no hacía días, se sentó nuevamente en la maquina y aspiro el repugnante olor que salía de su cuerpo. Entró en pánico, habíase dado cuenta del abandono que padecía, comenzó a correr como loca, necesitaba verse en el espejo nuevamente. Ella, que era tan bonita, tan agraciada y dulce, estaba ahora tan delgada, casi sin busto y espigada, intentó hacerse de su sexo para hallar estímulo, se maldijo sintiéndose inservible, el pánico mutó en terror y cayó rendida, sollozante, dejó que sus contenciones se derramaran sobre sus piernas en romántico abrazo con su condición y se durmió reconociendo la rutina. Mañana despertaría y observaría su entorno, nada recordaría, nada importaría, y empezaría a planificar su día con actividades que jamás haría.

Cada uno tiene el culo que quiere tener

Y si lo que se muestra no es lo que realmente vale, que nos deparará a los indecisos que necesitamos de un modelo para guiarnos. Pero en la historia, un poco de las artes y otro poco de los usos, aquellos que se mostraron audaces pudieron ser del mismo modo reconocidos con excepción, claro, de aquellos que alcanzaron la fama a través de esteticismos. Pero la estética no es nada, no existe de forma concreta y no nos sirve como modelo a seguir. Nosotros no nos amoldamos a ella, sino ella a nosotros, en parte debido a que cada uno sigue la línea de sus propios intereses, y determinar una estética para nosotros sería escarbar en nuestra conciencia aquellos gustos y necesidades que nos satisfacen. Pero es lo que motiva a esos intereses propios, sumado a la forma en que se la asume una personalidad y el sentimentalismo de cada uno lo que nos hace determinar nuestra estética propia.
¿Pero qué hace únicos a esas personas a las que les dedicamos nuestra admiración?
A menudo nos preguntamos como poder reproducir en nosotros aquello que nos gusta de otra persona. Es que el ser humano, en su afán de buscar la perfección, se preocupa por lo que a menudo interesa a un behaviorista o a un psicólogo con fines médicos. Pero hay cierto dejo de relajo al hacerlo, y es debido en parte a que las personas, en la eterna inseguridad que nos caracteriza, necesitamos tener un apoyo, un soporte, un modelo, y que mejor que aquello que nos hace bien a los sentidos.
Pero no todo es tan real y verdadero en esta conducta, y es ahí cuando entran en juego los desordenes psicológicos. A menudo sucede que una persona no puede alcanzar aquello que realmente desea y se frustra. Intentamos amoldarnos a la estética en vez de dejarnos llevar por nuestros gustos y esto conduce a que muchas veces hagamos cosas que no deseamos hacer, nos desesperanzamos, nos concentramos en otros objetivos, caemos en el triste aburrimiento, reprimimos nuevamente nuestro propio sentimentalismo sin darnos cuenta que esto es lo que realmente importa.
Y por que hago hincapié en ello, debido a que el sentimentalismo es lo que guía nuestra estética propia, es lo que nos motiva para ser reconocidos como personas, sin el nuestra personalidad no podría sostenerse, sujetarse, es por eso que propongo dar rienda suelta a nuestro sentido, dejar que el nos guié solo sin preocuparnos por donde nos lleve.
En muchas ocasiones nos pasa que nos topamos con personas que, a través un esfuerzo, fueron capaces conseguir ser atractivos, y nos limitamos a reproducir esta conducta sin lograr el objetivo. Esto sucede porque el ser humano recurre, muy frecuentemente, al pesimista menor esfuerzo, y en tal caso no deberíamos contentarnos con intentar reproducir una conducta sino ver la forma de descubrir el secreto al éxito.
Porque es aquel sentimentalismo, nuestros intereses particulares y la suma de nuestra voluntad, lo que nos hace tan especiales, y remarco esto debido a que cada uno puede lograr lo que realmente se propone. Reflexionemos un poco acerca de lo que realmente queremos, cada uno tiene el culo que quiere tener.

Sincerandome conmigo

Que terrible sentimiento me acoge, las palmas de mi mano se dilatan y la mirada se me nubla. Estoy tan enrarecido que mis involuntariedades salen a relucir, pero quien puede notarlo, y lo dedico a sus caricias, esa sensación de libertad a flor de piel.
Y ahora me encuentro turbio, desazonado, impetuoso y ciclotímico, en la atmosfera el olor cambio, la pausa libera su aliento contenido bajo la proeza física.
Me siento culpable, pero que remedio, he sabido encontrarme, y reconocerlo tomará menos tiempo puesto que la imaginación se acostumbrará a las desventuras de mi parecer.
Y veo esos caramelos, los repudio en este momento, me higienizo, despejo mi mente, y organizo algún remedio de fin de semana, quizás algún día me pasará algo merecido.

Estridencialidad

Atando cabos es que busco la manera, post reflexión apocalíptica, de sacarle provecho a la vida. Pues analizo al prójimo y reflexiono acerca de lo poco humano que me siento y lo horrendamente intolerable que se siente.
Estoy, perseguido o no, bajo la vista gorda de todos en este mi pequeño universo, rodeado de aquellos que hacen justicia por lo que les deparará a sus miserables vidas, viendo con deprecio hacia el otro las mismas estupideces de las que se enorgullecen, sacando brillo a sus mejores en vista de aquellas peores, haciendo el amor con uno mismo, fijando la vista en lo cómico de las inoperatividades, repitiendo el refrán del irrecuperable.
Y es que ya no me salva el eterno ideal del viajante, puesto que mi universo es tan o más sentimental de lo que quisiera-supongo-es, pero sucede que el tesoro está tan bien escondido que es difícil imaginar poder disfrutarlo.
Puesto que la vida nos motiva a menudo, y lo que no nos mata nos hace más fuertes, la irreflotable vida del eterno soñador pasa de ser de densa a tan clara como el agua, purificada cuando aparecen aquellos a los que vemos tan maravillosos, y lo son por que así los pensamos nosotros y no depende de lo que vean-sientan los otros. Y me replanteo que tan enmascarado será este universo en comparación a otros, termino reflexionando acerca de ese cambio, y deseo que me oxigene hasta el más insignificamente de mis sentimientos.
Quiero sensualidad, libertad, pasión, sensibilidad, voluntad, inteligencia, dedicación, simpatía, compañerismo, compasión, música, tristezas y alegrías. Fuera el prejuicio, el despreció, la ignorancia, el abandono, la miseria, la intolerancia, la envidia, la avaricia, la idiotez y la frivolidad. Brindarle estridencia a nuestra vida no debería ser tan difícil.

¡Yo te quiero!, tú... ¿Me quieres?

Y aquí estoy bajo la luz de los ojos que enjuician, acaecido ya el amanecer, y sigo bailando por querer emocionar ausentes.
Bajo esta culpa que solo yo siento, estoy viviendo temerariamente una atrocidad silenciosa, que tiene que ver con mis escrúpulos tan poco orgullosos e inocentes al respecto, puesto que, en la incredulidad de mis sentidos, desarrollo a pleno, y sin quererlo, mi sentimentalismo incomprendido, segregando las sustancias que me identifican y me llaman particular a fuerza de comprensión y sinceridad absoluta, en austeridad sospechada, a mi juicio, de querer sobresalir sin sentirlo.
Y e aquí un dilema, el querer o el sentir. Eso intento, y sincero ante ustedes, la difícil explicación de estas sencillas labores. Y ya yo, enteramente en la punta de todo caudal de lágrimas, alegres o no, contando los días y resumiendo las actitudes, juzgando con el dedo temeroso de fallar al encontrar el verdadero sentido de la vida que anhelo. Y Nuevamente esos dos caminos tan dispares, el querer o el sentir en el recuerdo de mis paseos, el hacer del corazón o el que nos provoca la vista, la marcha de los pensamientos de ese que juzga y prejuzga o el juego independiente de superar lo permisivo a nuestro gusto.
¿Me quieres querer así o debo hacer que me quieras?, pues si tu quieres puedes quererme, pero yo te quiero aun así no quisiera quererte, el quererte me hace bien, pues querer a alguien es hermoso, más yo te quiero y no quiero, que por quererte tanto dejes de quererme.

La Religion

"Esta es una historia ficticia, cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia"
(1)
Nuestra historia comienza aquí, en las ruinas de la ciudad de Pompeyo. Una bella ciudad, pero fue cubierta por una gran erupción volcánica. Esta fue provocada por los dioses, según cuentan los ciudadanos; y como verán muy equivocados no estaban.
Hace varios días los valientes habitantes de la oscura fortaleza de pandemonium se encontraban muy pero muy nerviosos. Los rumores indicaban de una gran incursión hacia el corazón mismo de la tierra, para lograr derrotar al demonio llamado por los mortales como “Dios”. El plan del ángel de la oscuridad, según contaban los lugareños, era muy ambicioso y sencillo. Pensando que “Dios” desterró del paraíso a los humanos, el podría llegar a gobernar sobre la tierra desterrándolo de sus fieles. Aunque luego eso no ocurrió así de sencillo.
Luego de miles de preparativos y de grandes discusiones, que algunas lograron terminar en peleas entre los grandes generales de Lucifer, partió la expedición para la “nueva opresión” de los habitantes de la tierra. Había gran descontento en el ejercito oscuro, pues, nadie creía conveniente hacer un avance tan decido sobre los terrenos de Dios. Pero ahí, es cuando aparece el carisma de un gran líder y envía a la carnicería unos demonios sedientos de sangre y de tranquilidad. Por que para los demonios no es solo asesinar, ellos desean por sobre todas las cosas, estar aislados de la realidad; logran tener un hermoso concepto de la soledad y realmente llegan a ser felices. Pero jamás iban a negar el llamado del señor oscuro, que gracias a el, tienen cientos de años de paz.
Uno de los guías de la fortaleza de pandemonium se adelanto y voló a toda prisa hacia el reino celestial. Le contó sobre la gran incursión de demonios hacia la Tierra a San Pedro. Luego de escucharlo, le cedió una entrevista con Miguel y este le comento a Dios, o al menos así lo escuche yo. Luego furioso por tal acto de maldad, Dios decidió enviar a cada ángel que pudiese portar un arma para enfrentar a las oscuridades del infierno. Para demostrar tal seriedad en ese acto, envió junto a todas las fuerzas celestiales al Arcángel Gabriel.
Al llegar a la tierra, lo primero que pensó Lucifer fue en que la mayoría del plan estaba realizado. Aspiro una gran bocanada de aire de la tierra, la mayoría de los demonios encuentran repugnante el olor a bestias inmundas e inferiores. Pero al Diablo, le encantaba, ya que este seria un nuevo aire. Se acercaban los olores de una nueva crisis religiosa, donde su imagen se alzaría como la de un héroe, condenaría la imagen de Dios en la de un ser vengativo, asesino y demente. Al menos, muy lejos de la realidad no estaba; hizo la mayoría de las cosas que pensó a los humanos, desterrándolos, condenándolos y castigándolos, tan solo por morder una fruta. ¿O acaso esa fruta la quería dios solo para el? Eso es un pecado capital, la codicia. Luego de ese pensamiento emitió una carcajada furiosa.
Al cabo de unos pocos minutos, se abrieron las nubes blancas y bajaron cientos de Ángeles. Por cada agujero se colaba un hermoso haz de luz brillante e hipnotizante. Los Ángeles descendían vestidos con grandes armaduras que les cubría todo el pecho y les llegaba hasta las rodillas. Hermosos yelmos fundidos en los mejores hornos celestiales. Además del gran estandarte, una espada invertida. Tomaron posiciones muy rápido en una sencilla formación por sobre el cielo. Táctica básica, ya que la mayoría de los demonios no vuelan y muchos menos con la agilidad de un ángel.
Los demonios chillaron de terror, pero ese sentimiento se desplazo muy rápido por el de éxtasis, ansiaban desgarrar y saborear esa sangre deliciosa y angelical. Se separaron lo más posible, otra táctica básica, ya que un demonio necesita de gran espacio para luchar eficientemente. Cuando de pronto avanzo un enorme ángel con una armadura de color celeste. Se alejo de su ejército en un hermoso vuelo triunfal, colocándose a la misma distancia de ambos. Al ver eso, Lucifer avanzo hacia el.
-¡¿Qué deseáis en nuestras tierras?!-Pregunto furioso el gran ángel.
- Solo lo que es nuestro, o gran arcángel- Respondió Lucifer. Al finalizar la respuesta, el Arcángel extendió unas enormes y deliciosas alas. Las plumas eran doradas y encegecedoras, cuando las reflejaba la luz solar.
-¡Si no os marcháis de inmediato, la furia de nuestro señor Dios, caerá sobre vuestras asquerosas cabezas!
- Gabriel…- Comenzó a decir Lucifer, pero El arcángel desenvaino su espada y amenazo a Lucifer. Con eso comenzó la épica batalla.
Todos los Ángeles picaron hacia las columnas de demonios, colándose por los grandes agujeros que presentaban la formación y apuñalaban por la espalda a los despistados demonios. Esa fue la primera movida de las fuerzas celestiales, como dicen, la guerra es un arte, hasta que comienza la batalla y luego se convierte en frenesí y luego en desolación. Uno de los Ángeles paso a toda velocidad por el costado de mi cuerpo y continuo, así hasta dios sabe donde. Por lo pronto uno de estos pequeños Ángeles, se coloco sobre la espalda del demonio que me continuaba y empezó a apuñalarlo con furia. Los chillidos de dolor y los gritos de consuelo son algo que me quedo de esa batalla y jamás podré olvidarlos, siempre que cierro los ojos me vuelven esas terribles imagines. Al oír a mi compañero sufrir, estire mi brazo con gran celeridad y pose mi gran garra sobre su pequeño cuerpo. Comencé a comprimirlo, a oír su desesperación, a oler sufrimiento, a saborear su sangre, a tocar sus huesos y a ver la muerte frente a mis ojos; salvo que yo era la muerte de este pequeño ser. Cerré mi puño y descuartice a este ser, luego lo desplume y lo saboree en el fragor de una batalla.
Lucifer por su parte, entablo una batalla personal con el llamado Gabriel. Este gran arcángel era más fornido y rápido que lucifer. Pero nuestro señor jamás demostró miedo, ni siquiera cuando escapo de los cimientos del reino de dios, expulsado por ser más bello que el mismo dios. Era una pelea terrible, la espada dorada chocaba contra su par oscura y en cada golpe destellaba una gran luz que luego era consumida por la oscuridad.
Luego de días de batalla, en los que la matanza jamás ceso. Los Ángeles caían muertos a miles, pero siempre tenían miles de refuerzos. Lucifer llego a pensar que Dios estaría matando a miles a través de desastres naturales, para poder contar mas Ángeles a su servicio y enviarlos a la batalla, ya que dios jamás puede ser derrotado, es un ser superior y mas superior que cualquier otro ser denominado también: Dios.
Pero al día seis de batalla, a las seis de la mañana y al minuto seis. Lucifer dio una estocada letal a Gabriel, que cayo en picada al suelo. Antes de que se lo devoren los demonios lucifer aparecieron y le clavo su espada en el pecho y le ofreció una tregua.
-Gabriel…- Lucifer sonrió y removió la espada en el vientre de Gabriel, este grito de dolor. –Ríndete, retírate a la paz eterna del reino del cielo y así perdonaremos la vida de estos miles de Ángeles.
Gabriel observo a sus tropas, al hacerlo, lucifer que no tenia un pelo de tonto le dijo lo siguiente.
-Mira tus tropas, son un montón de niños que no pueden ni volar correctamente. Muchos menos enfrentar a grandes demonios de las mas oscuras profundidades del infierno. Retiraos y todos serán perdonados, quedaos y morirán.
En ese momento una gran voz se coló por todos los rincones y se escucho por todos los poros del cuerpo, ya que esta voz no venia de una dirección, sino, que se escuchaba en la mente de cada uno.
-Quedaos con la tierra. De poco servirá, ya prepare unos nuevos seres perfectos. No como los humanos- Era la voz de dios.
Lucifer retiro la espada del vientre de Gabriel y le tendió la mano. Este la rechazo y voló hacia las mayores alturas. Allí descansaría de nuevo por toda la eternidad, a menos que la opresión vuelva a amenazarlo.
Al retirarse los Ángeles, los demonios asistieron a los heridos y enterraron en las piedras mas duras a los muertos. Limpiaron la sangre oscura y espesa de los demonios y marcharon hacia las tinieblas infernales.
Me acerque a lucifer, para saber más de sus planes. Me contó que lo próximo era procrear con una humana y denominar a su hijo, “El hijo de Dios” y que el fomente su palabra en todos los buenos sentidos. Luego los mismos humanos arruinaran esos buenos sentidos y caerán sobre sus propios deseos pecaminosos. Y en ese caos que se convertirá el mundo, habrá miles de muertos por guerras religiosas, los sacerdotes serán codiciosos, los santos genocidas y la institución religiosa una farsa que solo funcionara para los intereses infernales. Los pocos que se opongan serán condenados por pecados inventados por los mismos pecadores. Así de sencillo es corromper a estas criaturas inferiores.
Todo este sufrimiento y caos para que jamás se olvide quienes son los dioses, ya que cuando se los olvida, estos mueren.

Aquellos ojos tristes

En la temprana mañana me despertó desnudo y se advirtió cercana, me secó las lágrimas de noches anteriores, acarició mi frente, y pude dormir placentera y tranquilamente el resto de mi vida.
En el estanque de los años mozos, donde las vicicitudes se ven reflejadas, una imagen me mostraba alguna doncella dispuesta a abrir su cabeza a una aventura incierta, y no encontré sino una oreja en la cual regocijarme. Sin ubicar detalle en primera instancia, le presté atención a las melodías de otra canción, cuando no me aseguré la humorada y esa pizca justa de efervescencia siempre.
La primavera se adelanto mucho ya, y yo ya estaba listo bocho, y si supo de que se trataba es la historia de otro cuento, uno tan maravilloso, uno tan real.
Me contó de sus andanzas y deseaba por un momento poder contarlas como propias, poder vivir su vida en última instancia, después llegar a su río y nadar en sus aguas.
Dispuesto ya me sumergí a la aventura, y fue siempre un tono disonante para mí, un arlequín del futuro, siempre un paso más allá, al otro extremo donde la locura es atractiva, algo que me encontraba dispuesto, y sabía sacarme de quicio siquiera para demostrarme que estaba presente en la ternura.
Y no puedo culparla ya, más le agradezco su pasión, sus principios y la inocente bohemia, el cóctel amigable, sus lágrimas de oro ya tan pesadas para mí, y el extremo sentimentalismo que expresa su poesía.
Por eso aquí estoy poniéndole música a lo que expresa su esencia, recordando la historia con un halo de estridencia. Grabe sus palabras en una foto de su sonrisa, y me cuestiono que podría ser oscuro en su vivencia. Aventurera y magnifica, su semblante puro en un sinfín de colores hermosos, la mueca triste, su extrema benevolencia, la humildad verdadera y la sencillez tan oculta bajo su hermosa presencia.

Confesiones de este invierno que pasó

Si yo fuera la hiena reiría entera
La gracia última de la primer pena
La sencillez astuta de los que me liberan
Sus caretas en la acera.

La más gloriosa y auténtica mueca
Causal de todas estas penas
Su belleza que me da jaqueca
Y me aferro a su bondad con cadenas
Intento creer en mis sutilezas.
Pero soporto éste dolor apenas.

¿Y qué podré creer si todo es un engaño?
¿Cómo podré ocultar que me hallo extraño?
De pronto mi ser se achica de tamaño
Mientras sueños crecen y me hacen daño.

Aquel verano del '68















"Rick

1943 -2008"

Donde el mundo es un chocolatín

Si alguno de los tuyos es abstracto, reubica las formas.
Y si de las tranquilas palabras de su boca sale una frase que te llena el alma, adquiere la sonrisa.
De los azules ojos de la misma tormenta, perpetúa la reflexión.
Si tus bellos sentimientos impiden serte franco, haz de ellos la locura.
Mientras más te alejes de la blancura, más contundente será tu dulzura.
… Cayéndote suena tu vida, aunque no lo creas.
¿Es tu belleza tan auténtica? ¿Crees que tu sonrisa será la misma? ¿Quién puede entender esos momentos que sólo vos viviste? ¿Qué será del amor si te escondiste?

Una vez vi que no cantabas y no se porque, si tienes voz tienes palabras, déjalas caer ...

Sinceramente tuyo

Hoy me vuelvo a encontrar con la vida y conversamos largo rato de aquellos sucesos que me mortificaban. Me planteo tomarme unas vacaciones y cuando estaba pensando el destino, ella lo sugirió sonriendo, quería que nos vayamos juntos.
Ahora estoy dejando mis miedos guardados en un cajón, porque no pienso llevármelos. Los guardo pero no los olvido, los vendré a buscar algún día, ellos esperan ansiosos, me miran sorprendidos, pero saben que voy a volver, me conocen.
Pronto me acerco al pasto verde, me revuelco, respiro el aire fresco, admiro a la naturaleza, me dejo llevar por el viento y acaricio las aromas.
Una llamada, vuelvo a mi burbuja de metal, pero ya no se que hacer en ella, me aburre, me entristece, me hace mal. Afuera es todo tan hermoso, aunque lo sepa algo me perturba, todavía sigo extrañando lo que hay aquí dentro. Tengo la esperanza de redecorar mi burbuja, porque aquí está mi entorno, no puedo dejarlo, es lo que he construido a lo largo de mi vida, lo mío, pero también ansío pertenecer a ambos lados, he aquí el ying yang de mi existencialismo cotidiano.
Lo que hay afuera me emociona, es algo tan indescriptible, quiero llenarme de todo esto, quizás mi burbuja no sería tan aburrida si poseyera alguna de las cosas que encuentro aquí, ahora, pero siento que no es el momento.
La noción del tiempo me produce una sensación extraña. Me llena de curiosidad, me advierte la inmensidad, pero me susurra al oído que todavía tengo mucho más tiempo para todo esto, me pide que vuelva a mi burbuja, que lo intente. Cuando empiezo a vislumbrar que es aquella la causal de mis problemas, me doy cuenta que tengo que guardar, entre mis miedos, al tiempo y sus martirios.
Abro el cajón, me intento deshacer de el, hago un paréntesis entre mi presente y mi pasado, me quedo solo con mi futuro, pero el cajón me queda chico, y debo trabajar para comprar un cajón más grande.
Ahora ya estoy libre de tormentos, afuera me espera la vida con una maleta grande de hermosos recuerdos. Calculo que sabe lo que me gusta, la beso y me mira fijo, pruebo el licor de su retina, le digo que está hermosa y ella se ruboriza, me toma de las manos y me pierdo en su vientre.

Los libros de la buena memoria

El vino entibia sueños al jadear
Desde su boca de verdeado dulzor
Y entre los libros de la buena memoria
Se queda oyendo como un ciego frente al mar.

Mi voz le llegará
Mi boca también
Tal vez le confiare
Que eras el vestigio del futuro.

Rojas y verdes luces del amor
Prestidigitan bajo un halo de rush
Que sombra extraña te oculto de mi guiño
¿Que nunca oíste la hojarasca crepitar?

Pues yo te escribiré
Yo te haré llorar
Mi boca besará
Toda la ternura de tu acuario.

Mas si la luna enrojeciera en sed
O las impalas recorrieran tu estante
¿No volverías a triunfar en tu alma?
Yo se que harías largos viajes por llegar.

Parado estoy aquí
Esperándote
Todo se oscureció
Ya no se si el mar descansará...

Habrá crecido un tallo en el nogal
La luz habrá tiznado gente sin fe
Esta botella se ha vaciado tan bien
Que ni los sueños se cobijan del rumor.

Licor no vuelvas ya
Deja de reír
No es necesario más
Ya se ven los tigres en la lluvia.

LAS

¿Y cómo me vería con pollera?

Se trata de eso, la eterna sinfonía del enfermo de la apariencia. Pero es culpa de está sociedad que nos sumerge a bestialidades tan personales como exquisitamente bellas, porque siempre me enamore de las más bonitas, y ellas viéndose igualmente bonitas, se configuraban hermosas a mis ojos, porque nunca me faltaron modelos de las que enamorarme.
Al principio fue útil a mis necesidades, pero ya al tiempo confirmaba sus encantos, se me hacían tan personales, yo las entendía, y ellas ya me contaban todo, y comprendí mis intimidades, ese lado oscuro de mi existencialismo cotidiano.
Con el tiempo ya no me dio miedo, aunque lo vea todo borroso, y así como deba ser será, por el hecho de hacer valer una nueva experiencia, el futuro incierto por lo que los demás no vieran ni imaginaran jamás, seré yo en la reflexión última de la desilusión, planeando ese porvenir incierto, mejor a la imaginación que a la aventura, ella me mostrará su ropa interior y yo la recordaré como a ninguna.

Ojo rojo.

¿Quién crees que soy?
¿Quién seré realmente?
¿Te enterarás hoy?
¿Recordaras lo ausente?

Lo que faltó en el momento,
lo que dije en silencio,
quizá vaya en aumento,
quizá lo potencio.

Mi sombra que gime,
mi persona se tuerce,
mi mente se deprime
y mi cuerpo se ejerce.

El llanto no se oye,
lo recuerdo y lo veo,
en quien me apoye,
oigo titubeo.

La luna me llora,
el llanto se pierde,
la sangre me adora,
la araña me muerde.

Quizá ya no haya
sueño alguno,
mi mente se calla,
vuelvo a ser uno.

El pop suave de mi vida

En el día de hoy me toca hablar de los sentimientos, y quizás quede muy de manifiesto mis descripciones personales, pero es a fin de aclarar mis problemas que escribo estas líneas para ustedes.
Últimamente siento que soy llamado para representar una vanguardia. De lo que no estoy seguro es de que se trata, pero aquella búsqueda se simplifica muy bien artísticamente, pues que faceta es más liberadora que el arte.
En el orden jerárquico de mis sentidos, lo cómico pasó a segundo plano ya, debido a que perdí parte de la humorada que me caracterizaba. Me cuesta hablar, y los silencios son ya de redonda, me hallo rebelde a las nuevas formas, y estoy cercano a aquellos dibujos que representan un estándar que hoy es atractivo estéticamente, debido en parte a que es de fácil compresión estilística.
Pero lo cierto es que, en mi inseguridad, me da miedo explorar ciertos campos, un poco porque intento hacerme intachable.
En los felices días de mi existencia, la búsqueda de texturas se ha ampliado notablemente, y ya no se que soy, si un religioso de la penumbra musical o un behavourista estúpido, que inescrupuloso escribe líneas en un cuaderno para analizar a quien tener como amigo.
Y aquí se resume lo trágico de mi existencia, puesto que al acercarme a una persona, con el calvario que eso implica para mí, sumando mis miedos y sutilezas, lo hago reflejándome idiota en sus ojos, y eso no me ayuda. A todos ellos los escucho hablar, siempre, de mí a mis espaldas, y no es que peque de egocéntrico, sino que me traumatiza el hecho de no ser una persona apta socialmente, un poco suscribiéndome a eso de volverme intachable.
Aquella extraña habilidad que tengo, el poder escuchar sus comentarios, me vuelve vulnerable, y hasta el día de hoy he escuchado cosas que quizás nunca hayan sido siquiera pensadas.
¿Es que me estoy volviendo loco, o acaso estoy siendo victima de un complot para volverme un ermitaño de la penumbra musical que anhelo?
Y vuelvo analizar sensibilidades, reflexión posterior, lamento, depresión y llanto. Sigo en la incertidumbre pero me quiebra las alas, sigo creyendo en la paciencia pero me vuelve más inseguro, y mi optimismo se llena de pretextos y vacilaciones, me estanco y me reflejo chiquito, e imagino unas enormes tetas aplastándome la cara.

Mi Top ten discos


1- Dark Side of the Moon - Pink Floyd



2- Fragile - Yes



3- Abbey Road - Beatles



4- Artáud - Pescado Rabioso




5- Wish You Were Here - Pink Floyd




6- Close to the Edge - Yes



7 - Almendra - Almendra




8- Sgt. Pepper - Beatles




9- El jardín de los presentes - Invisible




10- A New World Record - ELO





Yo no quiero volverme tan loco

Me pregunto acerca de la vida y encima se me vienen algunos miedos que por ser viejos dejan de ser reales. Pero como todos saben los límites de la fragilidad que nos define como humanos, no siempre son exactos, y a fines de conocerlos es que intentamos reconocer nuestros miedos.
Pero los míos me son tan ajenos que no puedo verme al espejo evocando otra figura que la de un preso de ciudad, y mis límites se estrellan contra la libertad, al punto que comienzo a sentir la fatiga de la búsqueda de como poder volar.
¿Qué tan distinto es eso distinto que busco, y que sentido tiene el sentido que anhelo?
¿Por qué no puedo saber lo que quiero, y por qué busco lo que busco?
Pero el dejó existencial que tienen mis interrogantes es totalmente circunstancial, describe, en parte, ese abismo que deseo cruzar, y que aún reconociéndolo abismo, se me hace finito, posible, alcanzable.
Sin embargo, pese a que no lo sienta sencillo, me niego a dejar mis ideales, los valoro aún más que nunca, y no espero encontrar unos nuevos. De mis blandas fuerzas surge un sentimiento que me opaca los más pesimistas sucesos de mi vida, que me enfrenta con el pájaro en el más soñador de sus vuelos, que me acerca a lo inalcanzable, a esos pequeños aciertos que se reconocen por sentimentales. Y me pregunto ¿es acaso mi entorno lo suficientemente sentimental como quisiera, es que debería ser el sentimentalismo aquello que anhelo? Y esto, pese a que soy optimista, es lo que más me cuesta contestar.
Mi forma de encararlo me enfrenta al sabio, que por ser sabio es loco, y por ser loco es ajeno, y aunque yo no lo fuera, si volverse uno implica ser en exceso tan sentimental, tan extra perceptivo como quisiera, ese vuelo me encontraría entero.
Pero hay un dejo de soledad temerosa en aquello, y la misma inseguridad de siempre, hace eco en ese entorno reflexivo que lamento, y es que aún sabiendo lo que me toca, ese vuelo me abandonaría entero al mismo tiempo que me hallaría a pleno.
Es que si mi sueño eterno me mantiene al margen, y ese viaje suena verdadero, el ser ajeno se tornaría lastimero, y aquel sentimentalismo me volvería ciego a todo aquello que me rodea.

Yo

Me encontré a mi mismo bajo una careta que sospechaba a veces tienen los que les cuesta llorar, y en eso que me sabía profundo, encontré el existir de mi alma inframundista, la terrible pesadilla del soñador con su utopía.
Yo inconfundible entre los pocos que me llamaban fiero, y el abismo tan exacto, el sustrato tan sincero, el clamor tan verdadero, el devenir tan entero.
Mi “ser” romántico fue un campo inexplorado mucho tiempo, le escapaba al amor de las mujeres, temía de ellas que se convirtieran en serpientes y me manyaran vivo, que destrozasen mis únicos anhelos que tenía para conquistarlas, aunque sin embargo las amaba, adoraba sus partes débiles y sus inconciencias tan frágiles, la avidez íntima de sus consuelos, y las tiernas miradas azules de sus lamentos.
Todo como yo lo veía traía aparejados, ya, sus propios dejos nostálgicos, y cuando supe de algo, me sonó tan raro que al cabo del ejercicio me era reconocido. Pero yo me siento incompleto, mi ser está carente de algo y, sin saberlo, busco errante durante la más activa de las etapas de mi vida.
Soy un veinteañero conflictivo, desproporcionadamente alegre como triste, solitario como sociable, moderno como insulso, tan desesperadamente reflexivo que la moralidad pasa a un segundo plano, equivalente al amor bajo el ala del placer.
Pero no prejuzgo a la vida, ni creo merecer un castigo que no comprendo, me basta una sola palabra de aliento, ansío encontrar al divino de la misma forma que espero recorrer el camino.
¿Será la vida mi propia desdicha, o es que acaso soy sólo un platónico errante en el mundo de los románticos?

La zorra y el marinero

El doctor se acercó a Pati y le dijo algo al oído mientras le miraba la anatomía, ella fue a buscar al maquillador, el fornido marinero se miró al espejo y cayó en la depresión por la urticaria que le acababa de salir en la frente.
Olga era exuberante, pero tenía algo que exasperaba al director, Silvia, inocente y tímida, se sabía los pasos de memoria, se acercó al director y lo miró fijo desde la pista. Iván estaba elegante y tenía un rostro atractivo, Manuel estaba en la cafetería, acomodándose el cabello hacía gala de sus bíceps, el asistente lo llamó impaciente. Pati era más bonita que Silvia, pero no alcanzaba las proporciones de Olga, sabía que debía pensar estrategia, y se colocó los tacos. Esteban tenía un rostro iluminado, cero colesterol, demasiado flaco dijo el doctor mientras le preparaba una dieta.
La zorra se halló segura de si misma y se animó al foxtrot, nadie lo esperaba, el conductor no la reconocía, el director tampoco, el público se abrumó, el doctor se excitó con su cuerpo.
Esteban humilló a Manuel ante ella y riñeron a golpes, Iván reía y se acercaba seguro a la zorra, Olga miraba con celos e indiferencia, Silvia reconoció el estilo, el conductor miraba al director que se dejó llevar por el espectáculo.
El marinero apareció junto al doctor y le agradeció el ungüento, las cámaras se multiplicaban, la música subía de volumen, Pati llegó tarde y se hallaba junto al director pidiendo explicaciones, Silvia bailaba junto a la zorra y esta sonreía, Iván se ubicó entre ambas y la zorra lo esquivo dejándolo en piso, Manuel desplomó a Esteban mientras reía por lo de Iván, Pati iba en ayuda del golpeado.
La zorra bailaba a gusto, reía y cada vez tenía menos ropa, el doctor ardía de placer, el director miraba lleno de confianza en ella, el conductor buscaba oportunidad, Olga se cansó y se arrojó a la pista, el marinero estaba junto al conductor buscando oportunidad de salir.
El foxtrot se hizo más ligero y Silvia se mostraba insegura, la zorra estaba ya en ropa interior e hizo arder a la platea, Olga se desnudaba y bailaba ignorando el compás, Manuel se movía atraído por la zorra, Esteban se paraba y se acomodaba el traje, Pati sabía que no podría competir con tacos, Iván se reincorporaba y sujetó a Olga, el director daba ordenes a los camarógrafos, los asistentes estaban más que anonadados.
Silvia transpiraba y miraba con admiración a la zorra, Olga, que insistía en bailar sola, se deshizo de Iván pero se resbaló y cayeron juntos, Manuel estaba entre Silvia y la zorra, Esteban se marchó aburrido, Pati lo siguió reconociendo la derrota, el conductor de decidió pero se topo con la espalda del marinero que lo tapaba, el doctor se arrimó a la esquina. Silvia fue desplazada por Manuel, Olga se reincorporó y se ubicó junto a la zorra imitándola, Iván se marchó entre las cámaras, el marinero sujetó a Silvia que acababa de resbalar agotada, la zorra seguía a pleno como si el cansancio no existiera, Manuel bailaba otro paso e intentaba imitarla, Olga no podía sostener el ritmo y reconoció que la zorra superaba sus proporciones. El doctor estaba junto al director, el conductor dirigía como si de un partido se tratara, la velocidad del foxtrot era inaudita, la zorra seguía moliendo el piso, Manuel intentó sujetarla por la cintura pero ella escapó con una voltereta, fue Olga quien sintió los fornidos brazos de Manuel, Silvia miraba con admiración la hazaña, el director abordó la pista. Manuel arrojó a Olga hacia un costado, el marinero amortiguó la caída enojado por aquello, la zorra seguía bailando majestuosamente, el doctor ardía de pasión.
El marinero se acercó a Manuel y este lo anticipó con un golpe que no asestó, Olga se marchó abochornada, el director daba nuevas indicaciones para que filmaran la riña con otra cámara. Manuel se vio superado en musculatura y fue arrojado de un puñetazo hacia las cámaras, el director daba ordenes nuevas, el doctor estaba junto al conductor, este hacía lo que podía para incorporar nuevas palabras al repertorio, la zorra sujetó al marinero, este obedeció el paso con atino, Silvia lloró de emoción. El director daba extremas precauciones, el conductor daba órdenes a los redoblantes, las cámaras filmaban como locas, el doctor acompañaba el llanto de Silvia, y la zorra y el marinero brillaban en escena.

Insanidad

El grito de socorro se sintió tan fuerte que me sobresalté aquella noche. Me paré, abrí la ventana y corroboré, tan rápido como pude, que provenía de mi conciencia.
Sobre el diván se hallaban mis escritos de vida, sobre la mesa la pistola, escribí unas líneas por inercia y sentí que toda mi vida se disolvía en una palabra, Muerte.
Bajé las escaleras y deambulé sensato pero intrigado, aumente mis miedos con la bebida y la daga ya me rozaba el cuello.
A simple vista estaba perdido bajo las garras de la mentira, y me consolaba ser llamativo, aunque ya no lo fuera, me ayudaba ser gentil, pero había perdido la humorada, me entregaba al trabajo, pero me aumentaba las inseguridades, y la simpleza de mi ser aguardaba el final para corroborar que jamás había existido.
Me recosté en la calle a fin de parecer desamparado, pero mis abrigos caros me tildaron de falso actor, lloré y patalee pero nadie me escuchó, mi consuelo no encontró amparo, lo poco que podía decir ya, estaba grabado a fuego en el lomo de mi pistola.
El final inconcluso siempre fue palabras mayores para mí, y lo era más en este momento. No me sirvió siquiera entender a la Biblia como al más importante tomo de los evangelios apócrifos, no recordaba ya al amor de mi vida. Gatillé pero ya no tenía balas, me arrojé hacia el barranco, pero mi cuerpo tenía el peso de una pluma, me apedree una mano pero no sangraba, intente colgarme pero no había soga, me arroje al mar pero rabioso me devolvía hacía la orilla, me venció el cansancio y me dormí sobre la rambla, soñé con una figura y recordé y me abrigue en su aura. En ese instante sentí su mano cálida, me sostuve en ella y aprendí que el nuevo testamento vale más por ser presente que por su contenido mismo, y mi historia era también bíblica ya, estaba a tiempo de escribirla. Llegué a mi casa y desperdicié balas en mis poemas sin sentido, me despojé de mis atuendos, me esperaba en la puerta y nos fuimos de la mano, corrimos desnudos al río, hicimos el amor y acabé entre sus pechos, salió el sol y lo viví pleno, nadando se acercó el optimismo, la sencillez y la humorada e hicimos una orgía. Ya todo dejó de importarme, dejé mis vicios pasados y bebí el licor de la ignorancia con gusto. Sentí en grado máximo a un dios que no conocía y se fusionaba con el diablo como Abraxas, mis temores se disolvían en su amparo, y aquella presencia me simplificaba el camino.

Hazte fama y échate a dormir

Percibió la cúpula y apenas en la limitadísima línea de visión que los tratos innecesarios le permitían tener, se dejó llevar por aquello que buscaba.
Impaciente se acercó y acarició eso que a penas percibía, sin anhelo ya, alguno siquiera, permitido por su religión de vida.
Y surfeaba la galaxia de lo incondicional de las relaciones sociales, lo suyo era piel.
Castigado se vio por la timidez y se desentendió entre la multitudinaria con estilo, como sabía hacerlo, pero ello le dejaba mal sabor de boca, y no obstante le serviría para planear las revanchas al sopor.
Los rizos eran ahora centro de dulzor. Perpetuó la atmósfera con habilidad, pero el tiempo era ladino y tuvo que obviar detalles a menudo importantes. Cualesquiera hayan sido planeadas, las estrategias no eran necesarias, ya que la triste mueca del bostezo iba corroborando sensibilidades al mismo tiempo que destrozaba superficialidades, y todo tan gris, todo tan difícil.
El cruel destino se aliaba con el tiempo y el espacio, y se me depositaba en forma de cruz cual episodio bíblico, pero las fuerzas me consideraban interesante, mi estilo fue reconocido, y fue la mueca más lastimera, más cómplice, la que me llevo al estrellato, y eso que tanto buscaba, ese pelar amargos planes, eso de cargar la culpa y el estrellato, ya se disolvían en un simple y conocido slogan. Hazte fama y échate a dormir.

Un 25 de Mayo... Dos actos... Ningun pais

Mariano Moreno quemo su vida en meses de una frenética actividad política, solo y alejado de sus compañeros ideológicos.

Manuel Belgrano dictaba una constitución en su tienda de campaña, soportando fríos intensos y una situación caótica en lo militar. Creía que su constitución era imposible, pero la más justa para todos.

Hace ciento noventa y ocho años que nuestros compañeros ciudadanos discutían una manera nueva de estado. Lejos de las desigualdad social, lejos del exclusionismo, lejos de la pobreza, lejos de la indignidad, lejos de las retenciones injustas para la corona. Pero hoy, parece que esta discusión sigue mas que vigente dentro de nosotros, bah, no dentro ya que a la mayoría de los ciudadanos no les interesa la política; solo prefieren vivir bien, dejar un cuerpo gordo y morir con dos putas en la cama.

¿Este es el país que todos nuestros antepasados soñaron? En parte si, ya que es el país donde se puede robar libremente, sin miedo a represalias y dejar buena imagen para que un próximo compañero pueda seguir con el hurto (Recuerden que hay que ser generosos con el prójimo). La cadena sigue y cuando surge una persona con recuerdos Morenistas o Belgranistas, lo sacan con un golpe de estado, o lo patotean, o le impiden el gobierno.

Pero bueno, dejemos la historia y critica social y sugiero que avancemos con lo que sucedió en estos días.

Como recordaron en mi último “posteo” hable de la huelga del campo. Pues, hoy se cumplen setenta y seis días de protestas. Para colmo, luego de varios intentos de negociaciones frustradas se llego al día de la revolución de mayo. Para esta fecha especial, nuestros grandes gobernantes decidieron demostrar su poderío de convocación y popularidad, invocando a un duelo de actos para conmemorar la fecha patria.

En el acto oficial las lenguas del pueblo dicen que hubo unas 45.000 personas, que se movilizaron a la ciudad de salta, a gritos de bombos, vasos de vino, choripanes y $20 para llevar victorioso al humilde hogar. En cambio en el acto de los “Gorilas” hubo unas 300.000 personas, con banderas argentinas y no con los típicos afiches Peronistas.

Hoy en día, el ministro Alberto Fernández salio con su cara de piedra a decir que la reunión con el campo se cancelaba, ya que ellos no negocian con patoteros. Quisiera que se recuerde al señor D´Elia defendiendo la plaza de mayo de unos golpistas, que tenían tantos años como mi abuelo.

Luego de ciento noventa y ocho años creo que nos tenemos que preocupar de unos pequeños puntos.

Si el país se sigue gobernando desde la capital para adentro, estaremos condenados al atraso y al éxodo de los pueblos a la capital.

Si los gobernadores manejan sus estados como feudos, jamás existirá la división de poderes, que es el corazón de una republica.

Para que seguir con esto, me indigno de ver el país que somos. Cuando uno menciona la palabra “política” lo miran con ojos de CALLATE. No logro entender por que la gente detesta la política y encima son los que después se quejan de que los gobiernos son un desastre. Podemos citar al dicho “El pueblo tiene el gobierno que se merece”. Si todos fuéramos un poquito más justos con los demás y nos calentáramos un poquitito por la política, este país tendría aire de potencia. Pero mientras sigamos durmiendo en los laureles, nos seguirán saqueando a mansalva, tal cual, como hace ciento noventa y ocho años.

Todo lo que logra el gobierno con esto es dividir aun más a la sociedad. ¿Acaso saldrán beneficiados de estas medidas? Pues yo diría que tendremos que esperar para poder ver como termina todo esto.

De nada sirve...

No encontré mi amparo
de roedor cansado,
y mis instintos caros
en silencio amados.
Casi sin sombra
la vida me urge,
sentimientos que asombran
la sociedad que se hunde.

A cada instante
En cada momento
una mueca repugnante,
el influjo lento,
y las personas copiadas
los cielos se ignoran,
la vida pincelada,
aquello salvaje que adoran.

La estrella que nos cuenta
se hace masiva con creces,
su vida no me contenta
yo me cuido de mis intereses.
Y el ideal sentimental
sólo ecos sin retorno,
nuestro oasis arenal
el burdo arte del adorno.

Las personalidades de ternera
sortean leyes de respeto
sus hazañas siempre primeras
el comentario más deshonesto.
La comunidad tecnológica
el intento más cuestionado,
las sociedades barbáricas
el elemento más aceptado.

Ventura

La caja de sonidos estaba extraña y aquel día diluviaba. Me llegó una carta de tal complejidad que cambió mi vida, me instruí con ella y sin embargo me sentí viciado por todo lo que me rodeaba. Al salir de casa sentí una sensación extraña, percibí que algo había cambiado, el mundo fue merecedor de mi atención y les dediqué unas cuantas hojas en mi libro del alma a fin de descubrirlo.
Pronto la vida me trajo a la más hermosa de las doncellas y tuve que enamorarme, pero cuando estuve congeniando algo en ella se advertía extraño. Un gesto, dos o tres palabras, y comprendí que mis clamores eran súbitamente platónicos.
Yo, soñador de la penumbra, me había formado bajo el sufrimiento de la reflexión, mi persona hallaba consuelo entre el bien y el mal, y mi suerte estaba sujeta a ambas caras de la moneda. De lleno me entregué cuando encontré mi objeto de estudio, el más romántico y sencillo, el que más atraería mi atención siempre, más frío, más estéril, más frágil y más volátil.
Supe que hacer con mis sueños de pronto, y los viví al respecto sabrosos, me llegaron las noticias más cómicas, mis días eran un revoloteo abismal de aves de fuego, una amalgama de estilos políticamente correctos.
¿Qué tenía que envidiarle a la ciencia?, ¿Qué hallaría sin consuelo alguno?, ¿Qué sería de mi si recordará cada detalle vivido anteriormente?, y soy y seré una victima de mi pasado al respecto.
Pronto descubrí que de todas las figuras de mis partituras había una que era progresivamente genial en relación con las anteriores, y allí mismo lo comprendí instantáneamente.
En esos días fui el más inescrupuloso adrede, la vida me cambiaba arrugas por alegrías y cabellos por emociones, después de todo lo vivido, de todo lo pensado, en todo presente, el mañana fue mejor.

Sueño por siempre

Es una calurosa tarde de mediados de mayo, de hecho no es solo calurosa, ya que una temperatura de treinta grados centígrados no es normal para esta altura del año. Pero para la fortuna de Brenda Carrillo hoy el pronóstico amenaza con lluvia y alerta meteorológica.

Al bajarse del colectivo que la traslado, junto a sus hijos, hasta el penal de Caseros; la invade una especie de miedo y cólera. Si, mas bien cólera, ya que sus hijos le insistieron en presenciar la ejecución de su padre. ¿Acaso podría negarles eso? Era su padre, a pesar de haber hecho tal acto de maldad.

Recuerdo su voz en el juicio.

-Soy culpable simplemente condéneme… ¡no quiero seguir sufriendo con mi conciencia! Solo quiero descansar de los fantasmas…-

-¡De las almas que asesinaste!-Lo interrumpió una mujer solloza. Él se volteo para verle el rostro y afirmo.

-Si, de sus almas…- Dijo con un hilo de voz.

Un juez taciturno condeno por primera vez al que alguna vez fue mi loco amor a la silla eléctrica. Aunque parezca increíble, gracias a este caso se logro aprobar la pena de muerte. Los expertos dicen que con castigos ejemplares lograran seguridad. Pero como siempre digo “el que planta odio solo cosecha mas odio.”

Me presento en la puerta y le comento a un guarda la situación, este me mira taciturno y asiente con la cabeza. Me da las instrucciones y luego de tres controles mas, donde me palpan, toman datos y me aconsejan frente al trauma emocional que pueden adquirir los chicos por esta experiencia, llego a la habitación de la ejecución.

La segunda asesina de ese cuarto se sitúa en una especie de escenario, donde debajo se encuentran las sillas para poder presenciar tal acto de locura. El decorado de la habitación es tan rustico que si no es por el olor a pintura fresca, ese lugar destrozaría la emoción de cualquier persona. Al costado de la silla eléctrica se ubica una especie de cuarto donde supongo se pasa la electricidad.

Luego de dos interminables horas entra el primer asesino, mi marido, escoltado por unos cinco o seis guardas. El mira hacia los espectadores con rostro triste y cansado. Lo más probable es que las “Almas” no lo dejasen descansar. Recuerdo que siempre decía “Por mas que se sufra el peor dolor se puede descansar, pero cuando uno lo causa deja de hacerlo”. Su mirada se choca con nosotros y su rostro se comienza a tranquilizar, como si una paz repentina lo invadiese. En ese momento una mujer regordeta se incorpora

-¡Ya vas a sufrir el fuego del infierno! ¡Ya sentirás en carne propia y en tu alma lo que le hiciste a todos!- Grita la misma mujer que en el juicio y se quiebra a llorar en el pecho de lo que parece su hijo.

Los guardas lo ubican en la silla y comienzan a amarrarlo. Sostenía las manos de mis hijos con tanta fuerza que les clavaba las uñas. Sentía su sangre manar, pero ellos jamás protestaron, estaban totalmente impactados, solo querían disfrutar los últimos minutos de su padre en la tierra; deseando que el les devolviera la mirada o dijese algo.

Cuando finalmente lo amarraron a la silla él dijo.

-Hijos, sean buenos hombres. No como yo- Esas fueron sus últimas palabras. Ya que cuando concluyo uno de los guardas dio la orden de comenzar la ejecución. Mis hijos se taparon los rostros y rompieron a llorar en mis hombros. Yo sencillamente continuaba con mi cigarrillo y miraba atónita toda la situación.

Luego de veinte años de sufrimiento y cansancio lo recuerdo todo. Mis hijos me dijeron que estuvieron felices de poder ver por última vez a su padre. Aunque no haya sido el mejor hombre, era su padre.

Y ahora, ya lo entiendo todo. Ya que desde ese día, jamás pude volver a descansar.

Robert Altman - "The Cockettes"


Ray & Rumi


Rumy & Johnny


Dusty Down & Ocean


Scrumbly


Gone with the showboat to Oklahoma - 1969


Koelle


Sylvester


Link Martin & John Flower


Tina & Robert


Harlow


Grasshopper


Breakfast with the Cockettes - Bush Street House


Hibicus - Golden Gate Park - April 1969

Sólo una palabra

Y todos entendieron el astuto plan a fin de cuentas. No es que desconfiaran del ingenio del príncipe, pero acostumbrados a sus bochornos públicos, no se imaginaron tal destreza. Claro, está aquel que quiere redimirse con aplausos el haber sido prejuicioso sin causa, y ese que se desvela por la contemplación misma, por la hazaña en este caso, por aquella insensatez soberanamente atrayente que había sacudido la mente de la más preciada de las mujeres.
Citadino, extravagante y un poquito soberbio. El rey lo contempló todo y se enorgulleció, más de gusto por los métodos, que por la valentía misma.
La realeza hoy toma café por las tardes y champagne por las noches, se viste de seda conforme a la elegancia, asume responsabilidades con la lectura, perpetua sus filosofías, y hace uso de sus ingenios en el más sincero y romántico de los encuentros. El príncipe fue siempre buen mozo e inteligente, y se postuló a cuanta niña rica, hermosa y culta se cruzara en su camino, paciente por ley y con la más desconsidera excusa de palabra. Pero las jóvenes se condecoraban con un sentimiento en general y unos cuantos en particular. Ese halo de rebeldía que el príncipe irradiaba las hallaba enteras en sus letras, inmaduras o no, atrayentes, y él prefería tocarlas, besarlas, lamerlas, por separado, a todas juntas, pero ella no lo miraba.
Experto en combate, jamás hubo soldado que logre derrotar al rey. El joven era astuto, no existía movida que desconociera y supuso poder ganarle, pero no fue así. El epicentro de su mirada era desconcertante, llevaban a uno a tener que ejercer su extra percepción y descubrir las infinitas posibilidades de una sola y entera vez y rápido.
Se maldijo y obedeció al brujo quien lo aconsejó, al respecto, utilice la gracia de la practica.
Sus fronteras de deshicieron en cuanto hubo de reencontrarse con la dialéctica, algo que por herencia manejó siempre muy bien, pero se sorprendió de la nueva teatralidad que había descubierto en las letras, su mirada se tornó atractiva y desconcertante, más de lo debido.
Y quizás la primera doncella cayó rendida, con diferencias claro, al mismo tiempo que él en aquella derrota. Pero no halló descansó, y su eterna preocupación iba por encima del placer mediante, por que sabía que ella era la más perfecta de las mujeres de aquel reino, estaba seguro de que esa belleza le pertenecía, pero ella no le contestaba.
Sólo dos palabras y se animaba a más. La seguridad hace que el hombre se sienta capaz de realizar lo imposible
Los sirvientes caían rendidos a sus encuentros, sus compadres reales preferían ser árbitros. Esas manos devoraban los cuerpos más soberbios, de a docenas, centenas, por que siempre necesitó las palabras de consuelo, aunque nunca fuera suficiente.
El padre mostró ganas de reelegirse y las dagas se volvieron a encontrar. Más sincero que sensato, se aseguro la aventura primero y la victoria después. Lo consiguió, pero lo disfrutó más. Estaba seguro que no diferiría el contenido más que del gesto, y pensó en darle esperanza a sus encantos, en la seguridad, las palabras, y la teatralidad misma que sostenía todo aquello. Ahora él y aquella que lo ignoró en infinidad de oportunidades, la más perfecta mujer del reino, la más deseada. Y así fue, la multitud aplaudió la hazaña, tan sólo una palabra.

Una copa, de lo mejor

Se interpuso ante mí
y sus mariposas que vuelan
a instantes percibí
corazones que hielan,
como ocasional compañera
la soledad encarcela.
Se habrá visto anhelada
su inocencia desabrigada,
brillos, eco de audiencias,
interminable impaciencia,
pasiones fulgurantes
miradas dominantes.
El espíritu salvaje
esas noches fugases,
semblantes descoloridos,
felicidades sin motivos.
Los tumultos se afloran,
la perdición se añora,
y la insensata denuncia,
esa flor de astucia.
Fue elocuente primero
y sus médanos de fuego.
Mi tumba añorada,
descubrí con la mirada.
Los olores de mañana
recordaron la ajetreada.
El carente desconsuelo
de otro casual recelo.

Musas

Y así fué mi musa, y se mostró tan amigable cuando nos reencontramos que casi no recordé que alguna vez estuve enamorado de ella. Traté de imaginarla desnuda y ya mismo me inhibía el esfuerzo, no era como antes y eso que seguía encontrandola atractiva, alguien me dijo por ahí que las mujeres lindas se ven y se sienten igualmente lindas, uno puede descubrirlo en sus miradas, esa mezcla de austeridad y soberbia que siempre gobernó mis sentidos en su presencia.
Se comentó siempre, entre conversaciones de colegio, que yo soy un poco extraño, más por soñador que por loco. En aquellos días me enamoraba de todo sin sentir el peso del significado de la palabra, por el simple hecho de proyectar mi visión a eso que observo, al fin y al cabo ¿qué significa el amor y hacia quienes está dirigido?
Ella nueva, yo conocido, me creía con la soltura suficiente para hacerla sentir tan solitaria como acompañada, pero mi discurso se llenaba de ruborizados pretextos, al mismo tiempo que se redondeaba aquel prejuicio que me identificaba.
Hasta donde sé, la timidez aumenta con los años y va asumiendo responsabilidades, no en vano creo en un destino tan incierto como librado al azar, y con el correr de los años se me reconocerían algunos derechos por ello; la extravagante contemplación, la insensatez concienzuda, y esa pizca de interés suficiente que se creen solo aquellos que aprecian el valor sentimental de las cosas. Era fácil dar conmigo, mi simplicidad cómica aguardaba para rescatarme de las habladurías del mundo.
Pero no la hallé interesante hasta que otro se fijó en ella, no era más que una menuda figurita en mi mente de ciencia-ficción, de teleteatro y de dibujos animados, por lo pronto no había mujer que despertará en mi un sentimiento significativo, ahora me interesaba ella, porque de mis compañeras era la más mencionada, porque comenzaba a gustar de su compañía, y tras ella un sinfín desfilarían del mismo modo, con el respeto debido, musas son musas.
Mediante fuimos creciendo, comencé a reconocer a la mujer como mujer misma, y aquel pantalón me enseñaba eso que no había notado antes en ellas, mi vocabulario reconocía dos nuevas palabras, “acentuarse” y “ensancharse”, y que lindo era ver ese proceso en cámara lenta.
Desde aquel momento ninguna otra curva significó lo que aquella, todas eran diferentes y mi inescrupulosa observación me permitía, libremente, establecer los parangones que creería correspondientes. Las parábolas lineales que mi joven profesora de matemáticas simplicaba en el pizarrón no serían tan dignas de contemplación como lo eran las que formaban sus piernas, y aquella, mi flaquísima compañera, integraba la cara bonita de ese conjunto denominado “juventud”, jamás me propuse compararlas como lo haría al observarlas, más bien me contentaba con imaginar que se trataba de una misma persona, como si una intentara ocupar el lugar de la otra y la otra el lugar de aquellos maniquíes de revistas, yo las concebía a todas del mismo modo, eran las lindas y las demás, mi contemplación se reducía a ser lo platónicamente posible que mi timidez me permitía.
El tiempo pasaba, ya todo me parecía injusto a mis sensibilidades, yo necesitaba soledad para reflexionarme y quien la perturbara tendría castigo, entre mi vocabulario se reconocían dos nuevas palabras, “personalidad” y “estética”, mis ojos elegían, mi mente daba la orden, y mis labios se encargaban del resto, nosotros no nos vemos lindos, nos vemos capaces, lo poco que se hablaba de mi alcanzaba para destacarme.
Clasificar mujeres es casi tan difícil como hacerlo con insectos, lo es ahora para mí, y eso que siempre fui capazmente selectivo, la elegía a ella todavía entre millones, y estaba más linda ahora que nunca, la imaginaba desnuda, tangible, su finísima figura en mis brazos, yo gobernaba su cuerpo con la mente, la imaginaba en el podio, la destacaba entre mi profesora y las diosas de las revistas aun creyendo que sería la vencedora, la menos inalcanzable de mis mujeres, no reparaba en detalles soñadores cuando el evidenciarse de su belleza escapó de mi control, éramos todos tras el trofeo que su iluminada figurita premiaba a contemplación.
Pero fue aquel que yo menos esperaba, al analizar estéticas y personalidades, quien alcanzaría el premio, sentí que mi tiempo se desvanecía entero, por que mi insensatez era más concienzuda que nunca, y por que mi malogrado rival imponía un respeto que yo debía, a fuerza, respetar. Seguí contemplándola y soñándola desnuda, pero ahora deseando su cuerpo, el interés por su carisma iba decreciendo en relación con mi esperanza, por que sabía que aquello no se me permitiría, por que prefería observar sus curvas a tener una conversación con ella, por que me armaba de excusas para negar todo sentimiento que me involucrara sentimentalmente, por miedo y por bronca, por castigo y culpa.
Durante el transcurso del último año se mostró tan distante como lograda pretendía saberse, vanagloriándose de una libertad por derecho adquirida. Aquella relación le había dado la soltura necesaria que una chica como ella necesitaría, por que mi rival era un hombre de calle, de mundo. Su ausencia incrementaba mis necesidades por poseerla, ya no discutíamos, ahora hablábamos poco, ella atraía las miradas sin necesidad adornos, sabía hacerlo, y sentirse libre de seducir hizo que se ganara el resentimiento de las otras, aquellas que no estaban a su altura, inclusive mi ya no tan joven profesora de matemáticas.
El último año fue tan triste como yo mismo permití que fuera. Ella pintada al óleo, y su marco de oro la hacía tan gigante, tan inalcanzable, tan platónica, tan ahora como nunca, una sombra de curvas melodiosas que oscurecía mi presencia entera.
Dejé de verla cuando terminamos el colegio, pero guardé su bella silueta en mi memoria, lo que nos depara el futuro ya carece de importancia para mí, y preferiría ser elocuente a tener que ser poco razonable, quizás por aquello me muestro de esta manera, alguien me dijo que mis impulsos son tan seguros como el servicio meteorológico.
Hoy la vuelvo a recordar, y cuando lo hago no la dispongo a mis brazos sino a mis artes, lo hago percibiéndola tan cercana, tan a mi altura, pero con el respeto debido, las musas son musas hasta que se convierten en amigas.

El Nuevo Mundo

El más rey de los reyes acorraló al más duque de los duques y le hizo sentir todo su poder en pos de mantener el reinado.
Si dios fuese honrado, lo justo justo, David vasallo, el artista zurdo, el agua roja, la plata oro, los caminos cortos y la vida larga, aquella actitud una satisfacción de un divertido juego o quizás la más conocida versión de una puesta en marcha de la ley del más fuerte, a fin de cuentas buscar lo impredecible se ha vuelto la más forma más satisfactoria de ver nuestro futuro, lo que se comprende no siempre es lo supone, y lo que se supone no siempre es lo sucede.
La desmitificación del mundo se ha vuelto una practica diaria, rutinaria y sin control, no existe ímpetu por revisar las formulas, es raro encontrar mínimas capacidades de asombro, los conocimientos están tan al alcance de nuestras manos que han modificado las formas de como escoger informarse, todos conocemos todo sino lo investigamos, no leemos para saber, presumimos leyendo, las personalidades están tan desprovistas de privacidad que las mayores cualidades son factibles a ser reproducidas, es la actitud por encima del contenido, el hacer por destacar, el obrar por atraer, el ejercicio es salud, si, pero es en mayor medida un seguro sentimental, el fin justifica todos los medios, el objetivo es encajar, caminar por tener piernas.
Soy artista por que quien me impide serlo, lo soy por que nadie niega que lo mío es arte, nadie me analiza, nadie me conoce, arte en la cara más satisfactoria de mi dado, arte en lo ruin de la naturaleza, me dedico a crear no a educar, arte por ser algo, algo por ser artista, la contemplación una perdida de tiempo, la piedra no es piedra sino hay quien la arroje.

Ellas, Ellas, Ellas..

Me acercó con cautela al agujero que creo es el nido que busco, llevo horas caminando, esta será mi primer parada, pienso, como no dejo de hacerlo desde que empecé con esta aventura, no es que esté ansioso, pero como decirlo de otra forma, percibo curiosidad misteriosa, debilidad por lo desconocido. No me llegan imágenes agradables, desborda de gris, lo que va de la travesía no me alienta y eso que me contaron-supuse-imagine dejó de esperanzarme, mi cabeza resbala por un rió de inquietudes con un poco, lo justo, de incertidumbre.
De pronto una conjunción de luces de colores impactan en mis ojos al tiempo que van tomando, para mi entera contemplación, forma de espectacular figura femenina.
La ansiedad se hace piel, se transforma en obsesión, necesidades carnales desenfrenadas, por que soy hombre, por que es lo más agradable que el oscuro recorrido me ha dado hasta el momento, por que no es lo que busco, ¡pero que relajo!, una mujer, o varias, las mejores, más bellas y luminosas.
Me acarician el rostro y me embriago con sus piernas, de sus alas rehuyen flores, las más hermosas, colores por doquier, y mi universalidad tan estridente, tan melodiosa, tan tangible, la falta de oscuridad invade mi alma, mis ángeles; cinturas de avispas, senos desnudos, curvas de ensueño, muslos petulantes, brazos anfitriones, sus frutos al descubierto, me invitan a probar aquello, mastico como si fuese el mejor bistec y bebo como si fuese el mejor vino, mi lengua está en su salsa, el mejor dulce de leche, sus vientres, ritual, me pierdo, me alejo, olvido.
Todos los sueños, perdidos, olvidados, destruidos, desechados.
Todos los planes, inútiles, vacíos, triviales, dañinos.
Todas las facultades, inmaduras, desdichadas, abandonadas, olvidadas.
La naturaleza, amable, sensible, tangible, accesible.
Las mujeres, bellas, luminosas, desnudas, enteras.
Mi trono, todo, en pedazos, a todas ellas, las mujeres, mujeres y más mujeres, castillo vendido, vencedores vencidos.

Nos

Nos soñamos desiertos
Nos conocimos despiertos
Nos alegramos en la cumbre
Nos deseamos en octubre
Nos besamos por vez primera
Nos inmortalizamos en la acera...

Esos sueños tan reales

Aquella mañana me levanté sobresaltado, había dormido casi 4 horas y estaba, todavía, bajo los efectos de la somnolencia, terminé de desperezarme cuando mi teléfono celular sonó de repente.
Como siempre verifique su destino en el visor, pero no lo encontré registrado en mi agenda, decidí cortar y esperar un próximo llamado. Sorprendido me acomodé en la cama al tiempo que trataba de reconstruir, debido a aquello estaba siendo cómplice simplemente, el peculiar y excitante sueño que me había divorciado del descanso. La escena me dispuso, a mi entera observación, una joven solitaria en una especie de librería exhibición.
El protagonista era yo, pero llevaba un aspecto diferente, bañado en rojo tanto los pantalones como la remera, con el pelo ligeramente más largo, arreglado y lacio, en mi tono de voz sobresalía el pronunciar de las consonantes, y mis expresiones intentaban ser modernas y ostentosas. Yo mostraba una personalidad más atrevida e impulsiva, lo suficiente como para acercarme a ella sin haber acusado pretextos, pero sin duda era yo, el rostro y el físico lo evidencian, en una extraña faceta, al encuentro con una solitaria y callada joven.
Aquella estaba sola, sentada en uno de esos sillones modernos que suele haber en las exhibiciones, ojeando un libro con dibujos dispuesto entre los anaqueles. Su rostro no mostraba expresión alguna y era notable su aburrimiento. Me acerqué y la saludé, miró hacía atrás como para descifrar a quien iba dirigida la cortesía, y corroboró que estábamos solos, me contestó tímidamente al tiempo que trataba de adivinar mis intenciones, sin embargo no expresó disconformidad aparente.
Ella era hermosa, delgada y sofisticada como las hay pocas. Su forma madura de vestir evidenciaba buen gusto, aparentaba tener unos 20, y sinceramente no encontré explicación de porque estaría sola en ese lugar, pero me propuse no dejar pasar la ocasión de conocerla. Le sonreí provocativamente y en cuanto me respondió la gentileza, me senté a su lado. Su pronta incomodidad giraba en torno a mis evidentes necesidades por conquistarla, sin embargo no despegó sus ojos de los míos. Tomé la aventurezca decisión de romper el hielo, recoger aquel libro de dibujos y mostrar simpatía por el mismo, al ver que no obtenía respuesta, adiviné que poco y nada se hallaba interesada en este.
Mi mente reaccionó de manera efectiva, ya no podía volver a atrás por lo que insistí con aquello. Comencé a dar una explicación poética del dibujo de la tapa, del porque de las imágenes, y otras tantas alabanzas. Intentaba, era notorio, corregir el error que previamente había cometido. Su rostro cambió de expresión, quizás mi forma de hablar haya servido de estímulo, noté que mis palabras le llegaban y sus ojos aburridos mostraron un brillo de interesados. Sostuvo el libro, lo contempló un largo rato y soltó su opinión al respecto, su displicente verborragia me desconcertó, no imaginaba tanta sensibilidad, lo que podía verse de ella encajaba perfecto con esa forma amable de expresarse.
El resto de la noche fue un desinteresado compartir de anécdotas, pude recordar coqueteos inocentes al hacerlo, pero que fueron interpretados cómicamente, atrás había quedado ese prejuicio tonto acerca de mis intenciones por conquistarla, pero llegaba la hora de separarnos y mis objetivos no estaban todavía cumplidos, me negaba a dejarlo así y le pedí un apresurado beso. Ella se ruborizó de repente, su rostro mostraba inseguridad e incertidumbre, quería irse, pero algo la detuvo, como para remediar su incomodidad miraba ahora hacía otro lado intentando mostrar indiferencia, yo seguía insistiendo con la mirada, me lo negó, estratégicamente me levanté y le sonreí, le agradecí el haber compartido conmigo aquella charla y le expliqué, sinceramente, que mis impulsos intentaron canalizar ese intercambiar de sensibilidades, sin haberme disculpado por aquello, me retiré como un muchacho moderno creería conveniente, ella me miraba atónitamente, no me respondió de manera aparente y aquello se perdió en la más habitual de las nadas. Posteriormente recuerdo haberme hallado extraño y solitario, el realismo en escena fue tan desmedido que tuve miedo, algo que no me pasa a menudo y menos aún bajo estas circunstancias, de estar enamorandome. Cuando todo se volvió difuso dejé intacto, sin quererlo, aquel recuerdo sin precedente. Me levanté y mientras buscaba la reflexión mi celular dio el primer timbrazo que me despabiló. Ahora sonaba nuevamente y, para mi sorpresa, una mujer me contestaba, yo estaba anonadado, como olvidar ese tono, les parecerá increíble pero es cierto, era de mi chica soñada que se reía y cortaba.

Tiempo de veda

El Juglar se acercó seguro de saber que melodía agradaría hoy al rey, pero se llevó la desilusión de habérselo encontrado meditando, tuvo miedo de empezar, quizás más por la respuesta que podía esperarle que por romper el súbito estado que demostraba o pretendía demostrar su majestad, lo cierto era que el rey nunca meditaba.
La música nos da a menudo poderes que nosotros no imaginamos, no obstante aquel muchacho conocía este detalle y mucho quiso expandir su percepción al respecto de lo que estaba sucediendo. Comenzó reproduciendo las escalas de aquello que venía dispuesto a enseñar a su alteza, y viendo que ningún efecto, directo a su simpleza, le permitiría descifrar tamaña situación, se acercó pizpireto hacía los guardias e intentó tararear aquellas notas en tono bajo a fin de romper aquel súbito silencio, después de todo quienes se enterarían. Al tiempo que se acercaba iba evidenciando su temor al son de la incertidumbre que la situación, toda general, le estaba proporcionando. Los mismos guardias, en los que intentaba encontrar consuelo y quizás respuesta, se encontraban pasivos mirando el acontecimiento. Sin duda alguna era una situación extraña, aquel estaba ante los dilemas de una psicología que desconocía, no pudo más que pensar que se trataba de un boicot en su contra y entró en pánico de repente.
Nada podía hacer, ya, ante tal suceso, pensó en escapar pero el temor lo obligó a sentarse en el suelo, rendido dejó su instrumento a un costado e inconscientemente se sentó en la misma posición que el rey. Intentó meditar para hallar ese consuelo que no había encontrado con la música, quien amparará a un joven artista, se notaba que fingía, pero eso no importaba, los allí presentes estaban ocupados en otra cosa, cuando abrió los ojos su sorpresa fue increíble, una sombra se posó encima suyo, el mismísimo rey lo miraba con sonrisa de agrado, sin embargo no pudo evitar ponerse nervioso ante su presencia, intento recordar alguna situación en la que el rey haya demostrado desagrado hacia su persona pero no encontró ninguna, aquel miedo muto, ahora, en asombro, el rey lo estaba felicitando.
El juglar se retiró de los aposentos reales sin entender un rábano lo que había sucedido, pero al llegar al sueño se percató de lo que aquel había estado buscando al llamarlo. Aquella mañana, lleno de inspiración, compuso una sinfonía entera de silencios.

Huelga

En una noche oscura, las garras y dientes de la opresión desgarran a los débiles. Sucede que necesitan un poco mas de su dulce néctar de la vida, para poder alargar la de ellos. Por lo que se unen para lograr hacer un frente que pueda soportar tal embestida demoníaca. El lugar de batalla, una desolada ruta, en la cual se oye al unísono el grito de guerra de los débiles -¡HUELGA!

El tema del día es la histórica huelga que se genero en el campo. Pero primero deberíamos conocer a los protagonistas de esta épica lucha.

*Cristina Fernández: Es la presidente de todos los argentinos, elegida mediante el voto popular y democráticamente. Apoya con firmeza las medidas tomadas por su ministro de economía.
*Martín Lousteau: Es el ministro de economía de la actual gestión. El día 13/03/2008 anuncio un aumento a las retenciones móviles del 10% (Siendo un total de 44% de retenciones). Increíblemente cuestiono esta medida en uno de los tantos libros que ha escrito.
*Aníbal Fernández: Es el ministro de justicia de este gobierno. Es el principal vocero con el campo, dijo “Al gobierno no se lo condiciona”
*Moyano/D´Elia: Son la fuerza de choque “Antihuelguista” de los K. Moyano defiende a los camioneros y amenaza con “Pasar por arriba” a todos los piqueteros. D´Elia es el encargado de mitigar los cacerolazos surgidos en la capital federal a favor del campo, mediante golpes de puño y de palos. Dijo “Odio a todos los blancos de mierda” y “Mataría a toda la puta oligarquía”
*SRA CRA FAA CONINAGRO: Son las cuatro entidades agropecuarias. Cuando el gobierno anuncio el aumento de las retenciones a los productos agrícolas, estos anunciaron la huelga. A los pocos días, pierden el control sobre las bases. Son en mayor media la oligarquía, grandes terratenientes y empresas multinacionales. Son tan solo un puñado y controlan el 60% de las tierras cultivables.
*Bases: Están constituido por algunos delegados, afiliados y no afiliados a las entidades. Son pequeños y medianos productores, con pocas hectáreas. Entre todas estas familias, que serán unas 4000 controlan el 40% de las tierras cultivables.

Ahora que sabemos quien es quien, tratemos de analizar este suceso.
Todo comenzó el 13/03/2008. El ministro de economía a través de un gran comunicado, anuncio el esquema de retenciones móviles que llegaría al 45% en productos agrícolas. Esto provoco que las cuatro entidades del campo vayan a huelga. Los productores reclaman que el aumento de las retenciones viene junto a un aumento en todos los insumos necesarios para el campo. Por lo tanto rápidamente la huelga se torno desesperante y se pierde el control sobre las bases.
Ahí empezamos a conocer el verdadero problema del campo argentino. Este es que el campo en su mayoría no es argentino, esta manejado por grandes corporaciones Internacionales. Los pocos inversionistas nacionales son la oligarquía industrial. Los pequeños productos (entre 100 y 400 hectáreas) no pueden hacer frente a los costos que tienen los insumos. Como los fletes, antes existía el tren de carga que era mucho más económico y costaba mas barato. Pero la década del 90 les dio el final y ahora la presidente de todos los argentinos no hace nada. Pero eso no es lo único, los pequeños productores tienen que alquilar las maquinarias e insumos químicos a las grandes corporaciones para poder producir; ya que carecen de cosechadoras y herbicidas. En el peor de los casos ellos (los pequeños) alquilan sus escasas tierras ya que así, les es más rentable que lo cultive la gran corporación.
Las bases rápidamente comienzan un bloqueo de todas las rutas en las provincias de Córdoba, santa fe, buenos aires, entre ríos, Tucumán y otras provincias que se unieron en esta lucha. En esas rutas desoladas vemos muchas familias y hombres mayores.
Pero en las rutas las cosas comienzan a ponerse turbias. Al quedar parados en la ruta los camioneros de moyano, este aprovecha para viajar al interior y empezar a amenazar a los piqueteros. Los asustan y tratan de desalojar, pero logran resistir. Unos días después, llego la gendarmería nacional a tratar de “cuidar” las rutas.
La presidente de nuestra nación hace su gran discurso. En el que llama a estas pobres personas “El piquete de la abundancia” con lo que se genera un caos en todas las provincias del interior. Pero en la capital federal se comenzó a oír un ritmo metálico penetrante ¿Qué es? Volvieron los cacerolazos como forma de protesta.
Los vecinos de varios barrios de la capital federal salieron para mostrar su disgusto después de un discurso de la presidente demasiado duro con la gente del campo. Los primeros grupos fueron de personas tímidas y con algo de miedo, que mas tarde tuvieron. Finalmente la gente empezó a golpear cualquier cosa metálica, sea en la calle, en el balcón o en una terraza. Se armo un grupo en el centro y marcho hacia la plaza y la copo con cacerolas y muchas banderas argentinas, valdría destacar que ahí no había banderas partidarias. Pero pronto llego el grupo “Antihuelguista” de D´Elia. Estos se acercaron a la plaza de mayo liderados por el mismo D´Elia. Los “cacerolistas” empezaron a marcharse por el miedo a la represión que tanto los amenazaba. Pero no fueron tan rápidos, el grupo de D´Elia se abalanzo y chocaron. En el enfrentamiento, muy desigual, en el que participaban mujeres, niños y ancianos. Se vio claramente como D´Elia golpeaba cobardemente por la espalda a un señor mayor. Al otro día ocurrió lo mismo. Pero el viernes no fueron, casualmente ese día en la plaza estaban Quebracho, PCR y convergencia Socialista. Se nota que le gusta golpear a ancianos y mujeres.
Luego llego el turno de los piqueteros de la ruta que fueron salvajemente desalojados por las fuerzas “patrióticas” nacionales, quiero decir, por gendarmería nacional. Vale destacar que la Comandante en jefe es la presidente de la nación.
Finalmente llego el tan esperado acto peronista. En el cual estuvieron muchos intendentes, dirigentes, sindicalistas, gobernadores, ministros, funcionarios del kirchnerismo para hacerle el aguante a la presidente. En el se destaca la frase de la presidente “Levanten el paro y dialogamos”. Finalmente hubo tregua.
Pero como esas cosas de la vida argentina, luego de las negociaciones no hubo ningún acuerdo. Se volvió a la huelga y esta en espera hasta el lunes 31/03/2008. Esperemos se solucione pronto.

Bueno, para cerrar todo esto, daré mi opinión personal. Si no le gusta les invito a que opinen también ustedes.
Para mi es muy sencillo. El máximo de retenciones deberían ser el 33%, que es lo que estipula la constitución nacional, cualquier valor superior es ilegal. Luego, en lugar de apretar con retenciones muy disparatadas a todos por igual, armar las retenciones por tamaño de campo. Es injusto que una persona con 140 hectareas pague 44% de retenciones a que una de 300.000 hectáreas. Hay que cuidar al pequeño y mediano productor, por que el objetivo de todo esto es que ellos vendan los campos y puedan adquirirlos multinacionales o los amigos del poder de turno. Pero esto de las retenciones es ilegal. Nadie tiene que pagar un impuesto adicional, para eso existe el impuesto a la ganancia. Pero se preguntaran por que no lo hacen, es que si blanquean los números tienen que dar cuentas después en la justicia. En cambio si hacen retenciones es todo en negro y esto suma a la caja de kirchner.
Luego hay que condenar a Luis D´ Elia, ya que es un delito penal reprimir una huelga pacifica. Recordemos que el derecho a huelga es constitucional. En su defensa dice que “Quieren voltear al gobierno”. Pero nadie buscaba eso, solo queremos bajar del caballo y decirle a cristina que no es una monarca absolutista. Es la presidenta de una republica democrática y tiene que actuar así democráticamente, que alguien piense distinto no esta mal.