Bochorno a la elegant!

Pavura por los sucesos que atenten contra todos nuestros consuelos victorianos. Tan cerca ya de esa triple enfermedad por el buen gusto que libera energías petulantes. Triple en fin por que supera nuestros propios mundos hasta el hartazgo en primera instancia, pero nos da la posibilidad de ser congruentes, y nos invita a la animosidad snob, para que, cuando sin mostrar las alhajas, nos demos cuenta que el traje elegante nos reduce talento.
Pinta de azul todos tus desconsuelos, y de rosa toda tu frescura romántica. Que saber ser obvios está de moda porque nadie se toma el trabajo de recordar nada.

Hágase sólo si quiere arder en llamas

Me tolero solo porque puedo visualizar un don que no tiene que ver con ser competitivo, sino más bien con una cuestión vital. Algo me lleva a determinar que el camino es largo pero seguro. Y de tanto pensar que las cosas pueden ser como uno quisiera, podré llegar a descubrir detalles que me ayuden a no caer en la simple ecuación de siempre.
Y trato de resumir mi futuro en una sola frase a interpretación optimista: “eso que hago con convicción me tiene que dar algo para morfar”.
Todo lo que alguna vez creí que sería importante, tiene ahora un matiz diferente, un sentimiento relacionado con la inocencia. Ya pasó mi etapa antibiótica, ahora creo que estoy listo para combatir la gripe de otra manera.
Y reflexionando acerca de todo aquello a lo que le dediqué nada menos que mil palabras, analizo que ser “uno” con todos es la mejor solución para no terminar desmembrado.
Superserie de emotividades. Los vientos son cortos en alboradas de sueños. De capa caída podrá ser efectivo todo lo que sugiera la necesidad de auto competitividad, martirio, o la muerte.
Quiero ser eso que inspiré libertad, para no incursionar en la necesidad tener que trabajar acomodando mi tranquilidad. Nunca más.