Confesiones de este invierno que pasó

Si yo fuera la hiena reiría entera
La gracia última de la primer pena
La sencillez astuta de los que me liberan
Sus caretas en la acera.

La más gloriosa y auténtica mueca
Causal de todas estas penas
Su belleza que me da jaqueca
Y me aferro a su bondad con cadenas
Intento creer en mis sutilezas.
Pero soporto éste dolor apenas.

¿Y qué podré creer si todo es un engaño?
¿Cómo podré ocultar que me hallo extraño?
De pronto mi ser se achica de tamaño
Mientras sueños crecen y me hacen daño.