Cada uno tiene el culo que quiere tener

Y si lo que se muestra no es lo que realmente vale, que nos deparará a los indecisos que necesitamos de un modelo para guiarnos. Pero en la historia, un poco de las artes y otro poco de los usos, aquellos que se mostraron audaces pudieron ser del mismo modo reconocidos con excepción, claro, de aquellos que alcanzaron la fama a través de esteticismos. Pero la estética no es nada, no existe de forma concreta y no nos sirve como modelo a seguir. Nosotros no nos amoldamos a ella, sino ella a nosotros, en parte debido a que cada uno sigue la línea de sus propios intereses, y determinar una estética para nosotros sería escarbar en nuestra conciencia aquellos gustos y necesidades que nos satisfacen. Pero es lo que motiva a esos intereses propios, sumado a la forma en que se la asume una personalidad y el sentimentalismo de cada uno lo que nos hace determinar nuestra estética propia.
¿Pero qué hace únicos a esas personas a las que les dedicamos nuestra admiración?
A menudo nos preguntamos como poder reproducir en nosotros aquello que nos gusta de otra persona. Es que el ser humano, en su afán de buscar la perfección, se preocupa por lo que a menudo interesa a un behaviorista o a un psicólogo con fines médicos. Pero hay cierto dejo de relajo al hacerlo, y es debido en parte a que las personas, en la eterna inseguridad que nos caracteriza, necesitamos tener un apoyo, un soporte, un modelo, y que mejor que aquello que nos hace bien a los sentidos.
Pero no todo es tan real y verdadero en esta conducta, y es ahí cuando entran en juego los desordenes psicológicos. A menudo sucede que una persona no puede alcanzar aquello que realmente desea y se frustra. Intentamos amoldarnos a la estética en vez de dejarnos llevar por nuestros gustos y esto conduce a que muchas veces hagamos cosas que no deseamos hacer, nos desesperanzamos, nos concentramos en otros objetivos, caemos en el triste aburrimiento, reprimimos nuevamente nuestro propio sentimentalismo sin darnos cuenta que esto es lo que realmente importa.
Y por que hago hincapié en ello, debido a que el sentimentalismo es lo que guía nuestra estética propia, es lo que nos motiva para ser reconocidos como personas, sin el nuestra personalidad no podría sostenerse, sujetarse, es por eso que propongo dar rienda suelta a nuestro sentido, dejar que el nos guié solo sin preocuparnos por donde nos lleve.
En muchas ocasiones nos pasa que nos topamos con personas que, a través un esfuerzo, fueron capaces conseguir ser atractivos, y nos limitamos a reproducir esta conducta sin lograr el objetivo. Esto sucede porque el ser humano recurre, muy frecuentemente, al pesimista menor esfuerzo, y en tal caso no deberíamos contentarnos con intentar reproducir una conducta sino ver la forma de descubrir el secreto al éxito.
Porque es aquel sentimentalismo, nuestros intereses particulares y la suma de nuestra voluntad, lo que nos hace tan especiales, y remarco esto debido a que cada uno puede lograr lo que realmente se propone. Reflexionemos un poco acerca de lo que realmente queremos, cada uno tiene el culo que quiere tener.