Líneas trascendentales

La pésima pócima de revancha al destino incierto es siempre lo mismo. El pacífico contra el sísmico, la puta contra la virgen, el galán contra el tonto, el absurdo contra el sabio, el artista contra el crítico.
Altos en bajos de los unánimes diplomas, intolerancias al acecho para cuando de poder se trate dejar que nos toquen el culo. Los creativos en las plazas de lo incierto, terriblemente solos e incomunicados. El punto álgido de lo sinsentido merecer, la envidia mostrando la hilacha de la copia de vida que tenemos.
Quién quisiera vivir un poco lo que la masividad nos atrae con puntos flojos en las ies de indispensable. Lo peor de la triste esfera en descomposición aceptando, y a su vez incinerando, todo lo que es nuevo, y eso que nos escucha ahora pertenece a otras épocas, si hablamos de adelantados en el pasado es lógico que pensemos que nada puede ser ya inventado. Prioridades establecidas, el sentimentalismo es el mismo pero se cubre, ahora, con una capa de desesperanza, aunque nosotros estamos para otras cosas, y nuestras bocas que todolopuedenbesareingerir.
El análisis último es eminentemente psicológico. “Estamos bien” decimos cuando nos consultan sobre lo que fuere, y con cuanta razón, pues todos somos sabios bajo la inconciencia cotidiana.
Seamos prudentes un poco, acaso se plantearon alguna vez que la juventud no ha creado todavía un sector de elite que se reconozca masivamente por su noble ideal al conocimiento puro. Pero nobleza sobra aclaro, quizás sustancia es lo que falta y perdidos tratamos de repartir la poca que queda. Un problema existencial o dos, que de hecho nos merecemos para transpirar un poco, aunque cuanto ayudaría una buena idea, o una idea al menos compartida.
Somos una triste reproducción al cabo, y los iluministas, ocultos que mejor idea, se mantienen aislados rechazándonos. Sólo unos pocos saben de que se trata todo esto. Qué tal el día y tu complicidad, cuánto haces por estar a la moda, cuál es tu propia historia, a qué sector perteneces, qué lenguas te permiten ser vos mismo.
Comunión poética, un curso de realidad, los tiempos han cambiado y las cosas son mejores, no busquemos más, vivamos y dejemos vivir, seamos nosotros por todos y todos por nosotros mismos, no más preguntas, no quiero saber nada de tu vida, sólo un tiempo de relax y cansado, morir de mis propios esfuerzos con la receta en la espalda para que todos la miren.